
Sé que ha pasado un tiempo desde mi último artículo y es que mantenerse presente y aferrarse a la promesa del cambio no es sencillo. Al contrario, es intenso como una montaña rusa; con días donde mi energía ha sido maravillosa y todo parecía fácil de descifrar, y otros donde ni siquiera podía encontrar la energía para empezar o sobrellevar el día.
Mi espejo, del que les hablé en mi artículo anterior, ha sido clave para mi; casi mágico. Ver mis lágrimas, ver el miedo y el dolor profundo dentro de mis ojos, me ha ayudado a verme con compasión y a la vez me ha forzado a preguntarme que hay mas allá de lo que veo en el espejo, qué es eso que me hace sentir tan frágil, que duele tanto y que no puedo descifrar.
No es sólo la ruptura de todas las estructuras en mi vida. Va más allá de lo evidente, una cierta tristeza, un vacío; algo que me hace más vulnerable que nunca.
Pero cuando más confundidos estamos, el universo entero se confabula para darnos pistas - que parecen coincidencias - pero que no lo son. Y de pronto una pregunta, un recuerdo, y te encuentras frente a esquemas que jamás te habías cuestionado o que inconscientemente no querías ni explorar.
De pronto, en mi espejo, encontré QUIÉN ESTÁ AHÍ. Una pequeña niña confundida acerca de su sentido de pertenencia. Una pequeña niña que creció entre dos mundos totalmente opuestos, sin saber a ciencia cierta quién estaba en lo cierto o qué era lo correcto. Sin saber cuál era su verdadero hogar.
Ahora que encontré a esa niña, puedo reconocer también la grieta. Vivir saltando de un mundo a otro para una pequeña era increíblemente difícil. Escuchando conceptos y parámetros opuestos era confuso, y entender la dinámica y las críticas entre ambos, peor aún.
Sin embargo, al mismo tiempo, había armonía entre ellos hasta cierta admiración...lo que generaba aún más confusión.
Ahora puedo ver mi sentido de pertenencia en conflicto; mientras mi alma pertenece al segundo mundo, es un hecho que nací en el primero. Es ahí donde técnicamente pertenezco, aunque jamás me haya sentido muy identificada con él. Ahora me doy cuenta, que este primer mundo, en forma inconsciente, no reafirmó los lazos de pertenencia de esa pequeña hasta el punto de casi perderla.
Hoy en día, mi primer mundo, sigue siendo inentendible para mí; sus formas, sus silencios y su posición frente a la vida me siguen dejando enormes vacíos.
De niña me protegió el inmenso amor de uno de esos mundos; y me hizo quién soy ahora. Esta persona me dio mi esencia, mi corazón, mi autoestima. Esta persona será siempre mi ángel y aunque ya no esté más físicamente conmigo, vive en mí y es a cada segundo mi inspiración.
Hace poco, alguien me recordó que cada uno de nosotros tiene su propio viaje en esta vida y una lección que aprender. Y mientras más resistencia al aprendizaje y al cambio consciente; seguiremos repitiendo lo mismos errores.
Hace poco, alguien me recordó que cada uno de nosotros tiene su propio viaje en esta vida y una lección que aprender. Y mientras más resistencia al aprendizaje y al cambio consciente; seguiremos repitiendo lo mismos errores.
Hoy, me concentro día a día en no juzgar, en mirar con amor y compasión ese escenario que me toco vivir por alguna razón. No es que lo entienda, pero trato de aceptarlo. Como ejercicio visualizo a mis padres y les agradezco el hecho de darme la vida porque no podría ser quien soy sin ese hecho concreto.
Somos capitanes de nuestras acciones, tenemos el poder de decidir que tipo de impacto pueden tener estas acciones en las personas, sobretodo, en las que más queremos. Seamos humildes y valientes, sepamos detenernos a tiempo, pedir perdón, aferrémonos a ser la mejor versión de nosotros mismos…el mérito está en corregir nuestro timón a tiempo, no en ser perfectos.
¡Eso es vivir plenamente!
Seamos agradecidos por mucho o por poco, porque el agradecimiento siempre nos lleva a un lugar de más luz, paz y abundancia.
KayKay.