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La Etiqueta de la Ropa

  No tiene muy buena fama eso de colgar etiquetas y yo mismo he defendido,  y lo seguiré haciendo, que no tenemos que hacerlo, por respeto a la diferencia y a la capacidad de cambio.  Pero hoy quiero fijarme en una parte de esta imagen de la etiqueta para pensar en lo que nos aporta en vez de aquello en lo que nos clasifica. Al final se convierte en una metáfora de esas que tanto disfruto.
Cuando te fijas bien en la etiqueta de la ropa que compramos, caía en la cuenta con una amiga de allende los mares, vemos dos cosas: por un lado, nos dice de qué está compuesta la prenda y por otro, nos indica cómo hay que tratarla. Y me parece que ambas están relacionadas, porque dependiendo de los materiales, el trato va a ser uno u otro.  Me gusta pensar que cada uno de nosotros somos diferentes y merecemos que nos conozcan para aprender a tratarnos. Cada cual estamos compuestos de realidades y de sueños, de experiencias y deseos, de ingredientes personales tejidos de modo individual. Y no puedo saber cómo tratarte si no conozco tu esencia, lo que conforma tu fundamento, lo que te hace ser tú, el poliéster, fibras o algodón de que se compone tu vida. Conocerte es ahora el primer paso para tratarte de forma personal; cuáles son tus aspiraciones, tus deseos, qué  se te da bien, qué te asusta,… todo eso que forma tu ser profundo, el hilo del que te compones. 
Y la etiqueta dice al usuario cómo ha de ser tratada esa prenda, si hay que centrifugar, aclarar o planchar o no, la temperatura del agua y si requiere lejía o suavizante. Y ahí cada prenda nos dice cómo ser tratada. 
Y soñando un poco, extiendo esta idea a que nosotros también podemos tener una etiqueta imaginaria, de hecho la tenemos, en que decimos a los demás cómo deben tratarnos. Hay personas -sin querer culpabilizar a nadie- que parecen no apreciarse y van transmitiendo un mensaje de poco respeto. Sé que es arriesgado decir esto, pero vemos personas apocadas que admiten que les traten de determinada forma. Intuitivamente pensamos que “parece que lo busca”. Ante todo, respeto la libertad de cada uno y nuestras diferencias, pero es cierto que la imagen que proyectamos dice mucho a los demás cómo nos tienen que tratar, de modo que un cambio en esa imagen provoca un cambio en la forma en que se dirigen a nosotros, como he podido comprobar repetidamente en las veces que he podido ayudar desde la terapia, el acompañamiento o la amistad.
Veamos algunas ideas para que en esa nuestra imaginaria etiqueta indiquemos a los demás cómo queremos ser tratados:
 - Establece límites claros: Comunica tus necesidades y expectativas de manera clara y respetuosa. De esta forma, les estarás enseñando a los demás cómo deseas ser tratado. La etiqueta en la ropa avisa de las consecuencias de no seguir las indicaciones. Nosotros, lo mismo. No des lugar a malas interpretaciones. 
- Aprende a decir "no": No tengas miedo de establecer límites y negarte a compromisos que no te beneficien. A veces, decir "no" es necesario para mantener el respeto y el autocuidado. La camiseta que me he comprado me dice claramente que no la puedo lavar a más de 30 grados. 
- Sé directo. Salvo si vienen de países extranjeros y con traducciones poco fiables, las etiquetas indican claramente las instrucciones de uso. No valen medias tintas; si no se puede usar lejía, no hay excepciones. Nosotros hablaríamos de comunicación asertiva: aprende a expresar tus sentimientos, preocupaciones y opiniones de manera asertiva. La asertividad es la habilidad de expresar tus necesidades y deseos de manera directa y respetuosa.
- Trátame , por último, como te gustaría que yo te tratara a ti, con el cuidado de algo delicado que se puede malograr. Por supuesto, esta idea supera la metáfora, pero es muy necesario recordarlo.
Nosotros tenemos una ventaja sobre las prendas de ropa y es que podemos rectificar cuando alguien demuestra que no nos trata bien. Por eso es bueno darnos cuenta de las acciones de los demás y de cómo nos tratan y actuar en consecuencia, alejándote cuando el trato no es correcto.  Y, en esta misma línea, recuerda que no seguir las instrucciones de cuidado, deja marcas: la ropa desteñida y el nuevo color con el que se han tintado todas las prendas nos lo recuerda..
SER COMPASIVO CON UNO MISMO
 

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Viernes, 02 Mayo 2025

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